No sos tus problemas, no sos tus desequilibrios. Sos la Consciencia que está observando esa experiencia.
Si hay tristeza, enojo, miedo, etc, primero observo y registro que estoy sintiendo eso. No juzgo. No está ni bien ni mal sentirme así. Es lo que está sucediendo.
Una vez hecho esto de observar y registrar la emoción, comienzo a respirarla. La respiro permitiendo que circule por el cuerpo, sin resistirla. No es ni buena ni mala.
Luego me preguntó: ¿esto de quién es? Es mía está energía/emoción, o la tomé de otro?
Si es mía, ¿cuál es su mensaje? Qué me estoy queriendo decir con esto?
No esperes recibir respuestas. Solo hacé las preguntas.
Y por último, entrego al Universo, a la Divinidad, el programa/patrón/creencia limitante o memoria de dolor que la está activando.
Todo cambia cuando te das cuenta que no sos tus emociones ni tus pensamientos sino la Consciencia detrás de ellos que los observa.
Cuando conectas con ese «observador neutral» que no juzga ni rotula, sólo observa sin resistencia interna, todo fluye, se abren los mares para que camines y ves cómo se depliega la magia en tu vida y en vos.
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