No busques amor. No te abandones a ti mismo buscando amor en los demás. El amor no es un objeto, no puede ser ni dado ni quitado. No puede encontrase o perderse. El amor no es un sentimiento, un estado o una experiencia, sino lo-que-eres, la presencia misma.
El amor es un campo, un campo dentro y fuera de nosotros. No lo generamos con palabras y hechos, sino que somos continuamente abrazados por él, sin importar lo que hagamos o dejemos de hacer.
Nadie nos ha dado amor; esa es la más grande ilusión. Simplemente HEMOS RECORDADO EL CAMPO A TRAVÉS DE LA PRESENCIA DEL OTRO.
El amor nunca vino de fuera; lo que pasó es que simplemente acariciamos nuestra propia presencia, nos rendimos al amor que ya somos. Y nadie nunca nos ha retirado el amor; simplemente olvidamos el campo, y ‘culpamos’ a los demás, y buscamos de nuevo el amor, sintiendo su ausencia, perdiéndonos en el relato de un ‘amor perdido.’ Sin embargo, el amor siempre estuvo allí, incluso en su aparente ausencia; estaba presente, incluso en la pérdida.
No busques amor, no busques la luz. Sé eso, ofrécelo. La alegría de amar es infinitamente mayor que la alegría de aferrarte temerosamente al amor de otro, porque muy en el fondo sabes que es una ilusión que aquello que siempre has anhelado pueda venir de fuera de ti.
* Tú eres el Amor de tu Vida *
(Jeff Foster)